El dos de mayo de… 2011

Suena mi teléfono, respondo y recibo el saludo de Leena Seppänen, Coordinadora de proyectos Internacionales de WinNova, Finlandia

Leena, en la conversación telefónica mantenida, se interesó por sus ocho alumnos: Merika Koivusalo, Laura Miettinen, y Petri Jokinen, de Turismo; Aleksi Ruohomäki, Markus Leino y Mikael Jakobsson, de Informática y Jussi Aaltonen y Taneli Manninen, de Fontanería que llegarán a Santander para permanecer con nosotros en Decroly, y en empresas de sus respectivos sectores, durante cuatro semanas.

 

Estaba preocupada la señora Seppänen porque hoy lunes, día 2 de mayo, no habíamos programado actividad académica o de prácticas alguna. La explique que el día 2 de mayo es una fiesta nacional en España y, dada la amistad que nos une –hemos trabajado en DEMOP durante dos años, junto a otros socios europeos- me preguntó detalles sobre el evento.

 

En mi respuesta comenté a Leena, brevemente, lo que representó esa fecha en la Guerra de la Independencia Española y en la expulsión de los franceses de nuestro territorio nacional, ocupado por las tropas del emperador Napoleón I, con la pretensión de otorgar el trono español a su hermano José Bonaparte, en perjuicio del Rey Fernando VII de Borbón. Leena comprendió la situación y pasamos a hablar de otras cosas que, en este momento, no vienen al caso.

 

Cuando colgué el teléfono, sin embargo, brotó en mi mente un recuerdo de mi niñez, de aquellos años 50 del pasado siglo XX cuando, en la escuela unitaria de mi pueblo, Mompía, donde la maestra, Doña María Torner, nos hablaba de aquellos españoles valientes que hicieron posible la derrota de Napoleón, la expulsión de José Bonaparte y el retorno del Rey Fernando VII.

 

¡Cuánto me acuerdo de doña María! ¡Qué maravillosa mujer y maestra! ¿Qué habría sido de mí, si no se hubiera cruzado en mi vida? Podría escribir durante todo el día plasmando recuerdos de mi niñez, vinculados a la escuela de mi pueblo, a la figura de doña María, una maestra ejemplar, y mejor persona, que tuvo gestos que podrían ser calificados como increíbles, si no pudieran ser demostrables. Pero yo puedo hacerlo. Yo estuve allí, en vivo y en directo. Por tanto, puedo ser el notario que lo certifique y de fe, no en vano muchos de eso gestos tuvieron como sujeto agente y paciente, en no pocas ocasiones, a mi persona.

 

Todavía recuerdo aquel libro “Cien Figuras Españolas” del inspector de enseñanza primaria Antonio J. Onieva, editado por Hijos de Santiago Rodriguez –casa editorial muy popular en la época-, uno entre los ocho a diez –no más- que componían la biblioteca de la escuela de Mompía. Leíamos todos los días y a mí, con siete, ocho o nueve años, me encantaban las biografías de estos españoles de relevancia mundial. Podría recitar, de memoria muchas de ellas, algunas, ¿Cómo no? vinculadas a personajes que tuvieron un especial protagonismo en la Guerra de la Independencia Española: El Empecinado, Agustina de Aragón, Álvarez de Castro, General Castaños, Palafox,…

 

Tenía José Rebollo Palafox dieciséis años cuando comenzó su carrera militar, y a los treinta años era brigadier de los Ejércitos Reales. Cuando estallo la guerra de la Independencia se encontraba preso en una torre de Zaragoza. La población le puso en libertad y le dio el mando de las fuerzas contra los franceses. Palafox formó un pequeño ejército, pero disciplinado y….”

 

Francisco Javier Castaños, hijo de familia noble, se educó en el seminario de nobles de Madrid. Adquirió su fama de guerreador luchando contra los alemanes en la guerra de los Siete Años; contra los ingleses en Menorca y Gibraltar; contra los moros, en África y contra los franceses, en la toma del monte de San Marcial”. En esta biografía del general Castaños, cuenta Antonio J. Onieva que al derrotar al general francés Dupont, el general Castaños fue a verlo y le pidió con cortesía que le entregara la espada. Aún recuerdo el diálogo: “Aquí la tenéis, dijo Dupont, entregándosela. Es una espada que ha vencido en cien combates. Gracias, respondió Castaños. Y añadió, con total sencillez, en cambio es la primera que gano yo”.

 

Nunca me cansaré de recordar y reconocer a mi maestra, a Doña María. En Recordando a Dª María Torner, mi maestra, un post que colgué en mi blog de Decroly Digital en diciembre de 2009, al cumplirse el segundo aniversario de su fallecimiento, reflexioné sobre su trayectoria profesional y su influencia en los vecinos de mi pueblo, Mompía. Resalté, también, unos valores profesionales y personales que transmitió a todos aquellos niños de entonces que tanto han influido en sus vidas. ¡Ya quisiera yo que nuestros alumnos de Decroly recordaran a todos sus profesionales docentes, con el mismo cariño personal y respeto profesional con los que yo lo invoco a Doña María Torner!

 

Pero volvamos al título de este post. El dos de mayo… de 2011. No aspiro a sentar cátedra con mis comentarios. Solamente recojo lo más relevante de la información económico laboral publicada en todos los medios audiovisuales y escritos españoles y de Cantabria este largo fin de semana. Bueno, ¡en unos más que en otros! En lo referente al aspecto laboral, los datos que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística (INE), el viernes 29 de abril, sobre la población desempleada en España, son alarmantemente malos.

 

La lectura de la Encuesta de Población Activa (EPA), correspondiente al período enero-marzo de 2011, arroja un balance de más de 4.9 millones de parados y una tasa media del 21,29%, a nivel nacional. ¡Y son ya 1,38 millones los hogares españoles que tienen a todos sus miembros en el paro! El dato no admite paliativos y, de nuevo, revela que el empleo en España no muestra signos de recuperación, más bien, todo lo contrario.

 

Durante este trimestre, que ahora finaliza, se han destruido una media de 3000 puestos de trabajo diariamente. ¿Hasta cuando esta sangría va a ser tolerable por la sociedad española? ¿Quién va a poner freno a este drama nacional? ¿Qué va a ser de nuestros jóvenes, con quienes el paro se ceba especialmente?

 

Y aquí, en nuestra Cantabria, ¿Cuál es el escenario que nos pinta la EPA? ¡Terrible, descorazonador! Según una publicación del Diario Montañés (DM) del pasado sábado 30 de abril, Cantabria duplica el crecimiento del paro en España en el primer trimestre de 2011. Además, podemos leer en el DM,  “La población activa era a finales de marzo en la región de 273.800 personas, unas 1.100 menos que el trimestre anterior” y continúa diciendo: “En cuanto a los ocupados, entre enero y marzo se situaron en la comunidad autónoma en 228.900 personas, lo que supone 4.900 menos que el trimestre anterior,…”

 

Los ciudadanos callan. La sociedad parece adormecida ante un fenómeno que va a condicionar nuestras vidas en los próximos diez años, ¡o más! ¿Donde trabajarán nuestros hijos? Quizá, una vez más, acudo al mítico Bob Dylan para utilizar una frase de su universal obra Blowin’ In The Wind, la respuesta está soplando en el viento.

 

En La fantasía de un sueño hecho realidad, post que publiqué el 2 de Agosto de 2010, me refería, en la entradilla, a la Selección Española de Fútbol, como símbolo representativo del esfuerzo, la unión, el trabajo colaborativo, el afán de superación hasta conseguir el Campeonato Mundial de Fútbol 2010, con el que nos sentimos identificados todos los españoles. Sin embargo, pronto nos olvidamos de ese espíritu, cuando de los intereses políticos y sociales se trata.

 

Ahora nos encontramos en un momento crítico. Hoy, dos de mayo de 2011, reivindiquemos, de nuevo, aquel dos de mayo de 1808; el 12 de julio de 2010, u otras fechas en las que los españoles hemos demostrado al mundo nuestra capacidad para superar los obstáculos, por imposibles o muy difíciles que parecieran. Nos encontramos ante uno de los retos más difíciles de las últimas décadas. Tiene que ver con el bienestar de las personas, de todos los españoles, de todos los cántabros.  

 

Permitidme, para concluir este post, hacer una petición pública y expresa a los partidos políticos constitucionales que acuden a las elecciones municipales y autonómicas el próximo 22 de mayo: cuando llegue la hora de gobernar, otorgad prioridad uno, a la creación de empleo; prioridad dos, a la creación de empleo y, prioridad tres, ¡a la creación de empleo! Ah, por cierto, si os quedan fuerzas para una cuarta prioridad, ¡cuadrad las cuentas públicas como si las de una familia se trataran! ¡Ya está bien de gastar irresponsablemente el dinero que no se tiene!

 

 

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