¡Mi Himno y Mi Bandera!

Siempre recordaré con orgullo la madrugada del 1 de enero de 1994 en la que “me tocó” ser cabo de guardia durante mi servicio militar en la Base de Castrillo del Val.

No os voy a negar que, al principio de la guardia, no me sentía muy feliz, tener que quedarte en Nochevieja de guardia mientras tus compañeros regresaban a casa para celebrar el Año Nuevo no me hacía especial ilusión y, ademas, la perspectiva de pasar la noche durmiendo poco y con el frio polar de Burgos haciendo guardia, no presagiaba nada bueno de esa Nochevieja.

La noche paso “sin novedad”, lenta, fria y solitaria mientras las horas iban cayendo y, como siempre en el último turno, mirabas cada 5 minutos el reloj con la sensación de que se había parado, porque cada vez que le echabas un vistazo parecía la misma hora, pero finalmente llegaron las 8 de la mañana y nuestra guardia terminó.

Como siempre cada vez que terminabas una guardia se realizaba el acto simbólico de izar la Bandera y en esa ocasión, que era la primera vez que como cabo de guardia tenía que dirigir la ceremonia, ordené:  “soldados, a la Bandera ¡Presenten armas!” sonando a continuación Mi Himno Nacional mientras se izaba Mi Bandera.

Es difícil de explicar la emoción que me supuso ese acto tan secillo y cotidiano que se realizaba todos los días en el cuartel. Ese momento no lo hubiera cambiado por ninguna otra celebración de Nochevieja en ningún cotillón de la época, de hecho no recuerdo con tanto cariño ninguna otra celebración de Nochevieja anterior a esa de 1.994, para mi honrar a Mi Bandera y a Mi Himno siempre ha sido un privilegio.

Todo este rollo y estas “batallitas de la mili” que os estoy contando lo hago como terapia frente a los constantes insultos, faltas de respeto e incluso humillaciones que tanto Nuestra Bandera como Nuestro Himno están constantemente recibiendo por parte de aquellos que ven, como yo veo, que tanto Nuestra Bandera como Nuestro Himno son un símbolo de lo que nos une a todos los españoles y precisamente por eso los pretenden despreciar y destruir.

Los silbidos al Hinmo en presencia del Rey, que muchos pusilánimes han “defendido” como “libertad de expresión” para no  reconocer su cobardía por no querer defender los simbolos de todos los españoles, me apenan y me decepcionan.

Las mal llamadas “guerras de banderas” en las que se asume, con una naturalidad servil, que la Enseña Nacional sea escondida detrás de unas cortinas en ayuntamientos secesionistas, o que tenga que ir la policía a izar la Bandera en las fachadas, me entristecen y me hacen pensar que está todo perdido, que siempre hay timoratos y cobardes que encontrarán alguna justificación para que quienes faltan el respeto a nuestros símbolos continúen haciéndolo impunemente y esos mismos acobardados se ruborizarán y escandalizarán cuando alguien quiera denfender Nuestra Bandera y Nuestro Himno de tanta felonía.

Curisamente esos “serviles con la deslealtad” solo existen en España, si he dicho España y no “este país” ¿Algún problema?…, pues lo dicho, estos pusilánimes que consienten el ultraje a la Bandera y la humillación a nuestro Himno solo existen en España. Es incomprensible que en Estados Unidos, en Francia, en Reino Unido o en cualquier otro país de nuestro entorno se consientan las faltas de respeto que a diario y de forma reiterada vemos que se aceptan en España bajo el paragüas “bienqueda” de  “libertad de expresión”.

Reconozco que, tras las últimas elecciones, en las que gracias a partidos de izquierda “moderada” se le ha dado el poder a la ultra izquierda y al nacionalismo, los ejemplos de falta de respeto a nuestros símbolos incluso de odio e inquina demostrados hacia ellos, me ha entristecido y me ha hecho pensar, que ante la falta de reacción en defensa de lo que nos une, creo que poco se puede hacer ya, y es entonces cuando el recuerdo de esa fria madrugada de enero de 1994 saludando a Mi Bandera y escuchando Mi Himno me hacen reconocer que yo, al menos, no soy un cobarde y que siempre estaré orgulloso de mi Nación y defenderé sus símbolos.

P.D.
Dedico este post a todos aquellos que, como yo, realizamos el servicio militar obligatorio.