
Del crecimiento a la pobreza. Con este titulo dicté conferencia hace un par de meses, en ella señalé que España ha atravesado dos etapas desde el fin de la dictadura : la comprendida desde 1977 hasta el año 2004 y la que va desde 2005 a la actualidad. La primera caracterizada por el crecimiento y la segunda por un constante declinar.
Finalizando este año 2025 hemos conocido que la ex Ministra Calviño, ahora Presidenta del Banco Europeo de Inversiones, dedicó bastante esfuerzo durante su periplo ministerial para «aconsejar» al Instituto Nacional de Estadística, una institución de prestigio, para que sus datos sobre la realidad española fueran «amables» con los intereses políticos gubernamentales, abandonando lo que hasta entonces era una trayectoria de buen hacer.
Es sabido que los gobernantes persiguen que los ciudadanos perciban como realidad lo difunden sus discursos oficiales, aunque esta sea otra, no dudando en utilizar todos los resortes que disponen, tanto la información «cocinada» como a los medios amigos encargados de propagarla con el objetivo de que la ficción sea digerible para el común, en una versión política del marxista ( Groucho, of course) » ¿ a quien va usted a creer, a mi , o a sus propios ojos?».
Que la gente en España es más pobre que el año pasado es una realidad, aunque esta política de enfrentamiento de bloques el discurso oficial esté empeñado en sustituir pobreza por desigualdad esto no es así, la tozuda certeza es que en España finales de 2025 el problema es la pobreza, horrible situación para la cuarta economía en volumen de la Unión Europea.
Son datos gubernamentales los que desarman su propio discurso cuando informan oficialmente que el llamado Ingreso Mínimo Vital llega a 752.463 hogares, es decir a 2,3 millones de personas, mientras que el riesgo de pobreza afecta a 2,7 millones de niños y adolescentes.
Una pobreza cuyo paradigma se centra en los salarios, los que reflejan las condiciones de vida de los españoles, cada vez más alejados del salario medio europeo con diferencias superiores a los seis mil euros anuales , teniendo en cuenta que los ingresos reales han descontado impuestos, contribuciones sociales y ajustado el cáncer de la inflación, convenientemente utilizado por el Gobierno para aumentar las recaudaciones por rendimientos del trabajo por encima de los cien mil millones de euros.
Que el impuesto de las clases medias cómo la inflación no está controlado lo saben los hogares españoles que la soportan, con la evidénciala del aumento de precios en componentes básicos. La cesta de la compra experimenta aumentos estratosféricos, mas del quince por ciento en el aceite, el dieciocho por ciento las patatas o mas del veinte por ciento los huevos, que han acabado convirtiendo la tortilla de patata en artículo de lujo.
Otro de los grandes problemas de este 2025 es el ecosistema de la vivienda que soporta una burocracia inhumana, tramitaciones que se prolongan como glaciaciones e impuestos expropiatorios que dificultan la salida al mercado de las necesarias viviendas abortando la oferta, lo mismo que hace falta una potente oferta de alquiler que es jibarizada por una ley que no garantiza ni la propiedad ni la rentabilidad de la inversión, como causa de una legislación benevolente con el okupa e inquiokupa perjudicando a quienes necesitan alquilar sin los problemas que inventa el poder político.
Definitivamente, la evidencia de un año tumoral es el que deja a la gente en el alambre con sus ahorros, pues han tenido que tirar de ellos para poder mantener el consumo habitual y ello por primera vez en años, a pesar de que este se esté ralentizando.
En fin ¡¡¡ menudo año …




